FLOTAS PESQUERAS DE AGUAS DISTANTES, entre la indolencia y la conveniencia
- Pedro Avendaño Garcés, PhD*
- 5 sept 2017
- 5 Min. de lectura
* Ex Director del WFF
A muchos países les conviene de manera soterrada mantener acuerdos no declarados. A cambio de ayudas financieras, préstamos, campañas, etc.., la pesca sirve de moneda de cambio y de esa forma, convive la conveniencia con la indolencia en la tragedia pesquera del planeta.
Autoridades ecuatorianas hacen reporte de los 9000 tiburones muertos hallados en un barco pesquero chino retenido dentro de la reserva de Galápagos. Fuente: WildAid
Desde hace décadas, las flotas de aguas distante aprovechan las debilidades de la legislación internacional para operar en los límites de la Zona Económica Exclusiva de los países que se consideran en vías de desarrollo o de economías dependientes. El caso de Ecuador es sintomático, 197 bracos de gran calado están operando en el límite de la zona de exclusión de las Islas Galápagos. Estos barcos forman parte de la flota china, aunque pueden operar con bandera de conveniencia.

197 naves pesqueras de la flota china ubicadas entre Galápagos y el Ecuador continental. Fuente: Diario El Universo, a partir del Comando de Operaciones Navales del Ecuador.
El caso no es nuevo en América Latina y muchas veces ha sido denunciado por las organizaciones de pesca, especialmente las que representan a la pesca artesanal. Por su parte, las autoridades de los estados nacionales señalan que los arreglos internacionales, en el marco de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar -CONVEMAR- , garantizan perfectamente la sostenibilidad de los recursos nacionales al estar impedidas las flotas de aguas distantes de entrar en la Zona Económica Exclusiva de las 200 millas marinas. En la práctica eso es cierto a medias, puesto que estas flotas se sitúan justo en el límite de la Zona Exclusiva, creando una verdadera barrera para la captura de especies en su mayoría protegidas como los peces transzonales y altamente migratorios. Pero la flota china no es con mucho la única que opera sobre terceros Estados. La Federación Rusa y la Unión Europea también desplazan sus barcos industriales hacia aguas internacionales cercando la jurisdicción de los Estados nacionales.
Hace diez años atrás, la FAO anunció la crisis de las principales pesquerías comerciales del mundo y señaló que los stock de peces disminuyen, mientras las flotas y la presión sobre los caladeros tradicionales aumenta, en una relación indirectamente proporcional. Especies como el tiburón, el Jurel, la anchoveta, el Atún, el Bacalao, la Merluza Sur Austral, el Salmón (salvaje), el Marlín, el Pez Espada y la Raya Roja han sido sobre explotadas o francamente están en vías de extinción. En todos los océanos del mundo, la cadena trófica está afectada. La presión sobre los grandes peces impide la reproducción de otras especies y así sucesivamente hasta el agotamiento de los recursos, incluidos moluscos, crustáceos y algas. Ciertamente, los países costeros ven los efectos directos, pero son las comunidades costeras las que más sufren con la sobre-pesca.
Relación de tamaño entre una embarcación mediana de pesca industrial y una lancha promedio de pesca artesanal. La lancha es el punto rojo en la esquina inferior izquierda de la embarcación. Fuente de Imágenes: The conversation.
En efecto, dentro la Zona Económica Exclusiva, el Mar Territorial no está exento de la depredación de los recursos. Las flotas industriales nacionales presionan los caladeros; usan artes de pesca no selectivos; hacen arrastre casi en la milla 1, lugar en donde ser reproducen las especies; negocian con las empresas transnacionales; hacen acuerdos de pesca con el patrocinio del ordenamiento jurídico nacional y no se detienen en su modelo de desarrollo extractivista como fuente base de su industria. Las flotas industriales nacionales no son menos depredadoras que las de aguas distantes.
Hace años que se intenta imponer un modelo pesquero basado en el sistema de Cuotas Individuales Transferibles, CIT o ITQ en sus siglas en inglés. Se trata, de un sistema que busca la privatización de los recursos pesqueros traspasándolos a las empresas de la industria pesquera. Mediante esta medida los recursos se traspasan de manera gratuita, a perpetuidad y pueden ser arrendados o transados en el mercado de futuro. Esa es la realidad que enfrentan las comunidades costeras en sus propios países con la indolencia interesada de quienes tiene como misión primordial, asegurar el bienestar y desarrollo de estas comunidades directamente amenazadas.
El caso de Ecuador es sólo la punta de un modelo de negocios que hace tiempo dejó de tener consideraciones con los ecosistemas marinos y que sólo busca la ganancia no importa a costa de qué y de quiénes.
En el plano internacional, las flotas de aguas distantes se mueven por todo el planeta, frente a las costas de Mauritania estos barcos casi acabaron con los recursos pesqueros y fueron responsables del desplazamiento de miles de pescadores artesanales, los que en medio de la crisis, buscaron otros oficios abandonando para siempre la cultura de la costa y su íntima relación con el mar y sus recursos.
En el caso de Galápagos, que tiene un estatus especial porque se trata de una zona de exclusión pesquera, la flota china se sitúa en un corredor adyacente a la Zona Económica Exclusiva ecuatoriana, lo que implica un verdadero crimen, porque si bien está en aguas internacionales, pesca indiscriminadamente especies que de lo contrario estarían protegidas por las leyes nacionales e internacionales.

Gráfico explciativo sobre el funcionamiento de las redes a la deriva, que interceptan trayectos migratorios.
Las flotas de aguas distantes, especialmente la china, entre otros artes de pesca, utilizan redes a la deriva cuyas dimensiones son similares a que posee una cancha de fútbol. Se deja que las corrientes marinas las lleven por una o dos semanas y pescan todo lo que en ese trayecto sea interceptado. El barco la localiza mediante la señal GPS que emiten. Un dato más en medio de esta tragedia. El 40% de lo que se pesca, corresponde a pesca de descarte, es decir, se bota. Así, la crisis pesquera de los países “industrializados” se exporta hacia los países que están en la periferia de la globalización y son estos lo que ven esquilmadas sus riquezas marinas, además de quedarse para sí con las externalidades negativas. La Flota de Pesca de la Unión Europea, radicada en Vigo, pesca en el Pacífico Sur Oriental, Merluza Sur-austral y después la exporta como si fuera un producto propio. En el caso del recurso sardina, pesca en el extremo del Pacífico presionando las costas de Chile, la procesa en puertos nacionales y después la vende a los mismos países de donde la extrae bajo la etiqueta de “Sardina Española”. Casi de caricatura…
El sistema internacional cuenta con una sola herramienta, la CONVEMAR y esta que ha sido ratificada por prácticamente todos los países de Naciones Unidas, no ha podido salvaguardar la riqueza de los océanos del mundo.
El caso de Ecuador es sólo la punta de un modelo de negocios que hace tiempo dejó de tener consideraciones con los ecosistemas marinos y que sólo busca la ganancia no importa a costa de qué y de quiénes.
A muchos países les conviene de manera soterrada mantener acuerdos no declarados. A cambio de ayudas financieras, préstamos, campañas, etc.., la pesca sirve de moneda de cambio y de esa forma, convive la conveniencia con la indolencia en la tragedia pesquera del planeta.
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